sábado, 30 de abril de 2011

AVISOS 01-08 MAYO 2011



AVISOS

• ¡FELIZ PASCUA DE RESURRECCIÓN PARA TODOS!
• A partir de este mes, La Colecta extraordinaria, la trasladamos al último domingo de cada mes.
• Segundo domingo de mes. Colecta para Cáritas.
• Miércoles, 04 de Mayo, reunión de Cáritas en la casa parroquial, después de la Misa.
• Jueves 05, reunión de catequistas de iniciación, a las 17:00 h. en la Casa Parroquial.
• Las camareras de la Virgen del Castillo, sortearán una medalla de ORO, el día 7 de Mayo, después de la misa de 8. Dicha rifa está incluida en la lotería del 7 de Mayo....Gracias por su colaboración!!.
• Asimismo, la Camareras de la Virgen ofrecen un cuadro muy hermoso de la Mare de Déu del Castell, ideal para regalar o para tenerla presente y cercana en nuestros hogares o lugares de trabajo.

lunes, 25 de abril de 2011

¡CRISTO A RESUCITADO!¡ALELUYA!


¡FELICES PASCUAS A TODOS!

sábado, 23 de abril de 2011

AVISOS 24-01 DE MAYO 2011




¡FELIZ PASCUA DE RESURRECCIÓN PARA TODOS!• A partir de este mes, La Colecta extraordinaria, la trasladamos al último domingo de cada mes.
• El Martes, 26, Misa de la comunidad. Por todos aquellos que durante el mes han recibido alguno de los sacramentos y por el eterno descanso de los difuntos por quienes hemos celebrado las exequias.
• Las camareras de la Virgen del Castillo, sortearán una medalla de ORO, el día 7 de Mayo, después de la misa de 8. Dicha rifa está incluida en la lotería del 7 de Mayo....Gracias por su colaboración!!.
• Asimismo, la Camareras de la Virgen ofrecen un cuadro muy hermoso de la Mare de Déu del Castell, ideal para regalar o para tenerla presente y cercana en nuestros hogares o lugares de trabajo.

viernes, 22 de abril de 2011

VIERNES SANTO




La liturgia de este día es austera y sobria, no exenta de majestad. La celebración del primer día del Triduo pascual se centra en la inmolación del Cordero que quita el pecado y en la señal de su muerte gloriosa: la cruz. Los fieles que recorran este Triduo santo, después del preludio festivo de la tarde anterior, tienen ocasión de pasar con Cristo, a través del misterio de la pasión, muerte y sepultura, a la luz de la resurrección.



El Oficio de lectura se abre con tres salmos de singular aplicación a Cristo que sufre en la pasión: el salmo 2, que evoca la conjura de los enemigos (cf. Hech 4,24‑30); el salmo 21, que Jesús recitó en la cruz (cf. Mt 27,39‑44), y el salmo 37, que describe el drama del hombre que sufre mientras sus parientes se quedan a distancia (cf. Le 23,49). La lectura bíblica (Heb 9,11‑28) muestra a Cristo como Pontífice y Mediador de la nueva alianza, entrando en el santuario celeste llevando su propia sangre redentora. La lectura patrística, de San Juan Crisóstomo, desvela la tipología del cordero pascual y comenta la escena de la lanzada.



Los Laudes insisten, mediante las antífonas sobre todo, en el valor redentor de la muerte del Señor y en el triunfo de la cruz, aspecto puesto de relieve, sobre todo, por el tercer salmo, el salmo 147. La lectura breve de esta hora, lo mismo que la de las tres horas intermedias, se toma del cuarto canto del Siervo de Yahveh (Is 53). Las antífonas de tercia, sexta y nona van desgranando los distintos momentos de la pasión, mientras los salmos (Sal 39; 53 y 87) suenan como la plegaria de Cristo en la cruz ofreciéndose al Padre.



Pero el centro de la liturgia del día lo ocupa la celebración de la pasión. La acción litúrgica debe comenzar después del mediodía, hacia las tres de la tarde, á no ser que por razones pastorales se prefiera una hora «más tardía». Los ornamentos sagrados que se usan son de color rojo, el color propio de los mártires en señal de victoria. Por eso el Viernes Santo no es un día de luto, sino de amorosa contemplación de la muerte del Señor, fuente de nuestra salvación.



La estructura de la celebración es muy simple y muy expresiva: la liturgia de la Palabra, la adoración de la cruz y la comunión. No hay más rito inicial que la postración, rostro a tierra, del sacerdote y los ministros, y una oración que pide al Señor que se acuerde de su misericordia, «pues Jesucristo instituyó el misterio pascual por medio de su sangre en favor nuestro». Una segunda plegaria, que se puede usar en lugar de la anterior, se inspira en 1 Cor 15,45‑49, y pide también que todos podamos alcanzar el fruto de la pasión de Cristo.



La liturgia de la Palabra se acre con el cuarto canto del Siervo de Yahveh (Is 52,13‑53,12), lectura profética aplicada a Jesús, que «entrega su vid como expiación», y que contiene una impresionante descripción de la pasión del Señor. El salmo (Sal 30) tiene como respuesta las palabras de Cristo en la cruz: «Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu» (Le 23,46), que proceden del mismo salmo. En la segunda lectura, el Siervo aparece como el Sumo Sacerdote que, ofreciéndose a sí mismo como víctima, «se convirtió en causa de salvación eterna para los que le obedecen» (Heb4,14‑16; 5,7‑9). Finalmente, el evangelio es el relato tradicional de la pasión según San Juan. La liturgia ha reservado este pasaje conociendo la intencionalidad y el punto de vista del cuarto evangelio. Para Juan, la cruz es la suprema revelación del amor de Dios y de la completa libertad de Jesús (cl` Jn 3,16; 13,1; 17,1). Por otra parte, la presencia de María junto ala cruz y la escena de la lanzada, rasgos propios de este relato, tienen un extraordinario valor para la Iglesia, representada en la Madre de Jesús ‑la mujer de Jn 2,4‑ y en los símbolos del agua y la sangre que brotan del costado abierto de Cristo.



Después de las lecturas y de la homilía, la liturgia de la Palabra se cierra con la solemne oración universal de los fieles; bellísimo formulario que nos llega, con algunos retoques modernos, desde la liturgia romana del siglo v. La jerarquía y universalidad de las intenciones resulta sumamente aleccionadora.



A continuación tendría que venir el rito de la comunión, pero la acción litúrgica del Viernes Santo quiere concentrar la atención de los fieles no en el sacramento memorial de la pasión del Señor, sino en la señal de la cruz. La adoración de la cruz por todo el pueblo va precedida de la ostensión a toda la asamblea: «Mirad el árbol de la cruz, donde estuvo clavada la salvación del mundo». Durante la adoración se canta la antífona «Tu cruz adoramos», de origen griego, y el himno Crux fidelis:



“¡Oh cruz fiel, árbol único en nobleza! Jamás el bosque dio mejor tributo en hoja, en flor y en fruto. ¡Dulces clavos! ¡Dulce árbol, donde la Vida empieza con un peso tan dulce en su corteza!»



La alusión al árbol del paraíso es clara: el fruto de aquel árbol produjo la muerte, el fruto de la cruz es la Vida misma. Los Improperios, por su parte, evocan el misterio de la glorificación y de la divinidad de Jesús, que muere herido de amor y lleno de ternura hacia su pueblo.



La participación eucarística con las especies consagradas la tarde anterior ‑de ahí el nombre de misa de presantificados de este rito‑ completa la celebración. Esta termina con la oración sobre el pueblo, invocando la bendición divina sobre él.



Aunque la acción litúrgica de la pasión sustituye a las Vísperas, sin embargo, la Liturgia de las Horas no prescinde de ellas. Y toma el salmo 115 de la liturgia pascual judía por su clara aplicación eucarística al sacrificio de Jesús (cf. 1 Cor 10,16; 11,26); el salmo 142, que parece un eco del poema del Siervo, y el cántico de Flp 2,6‑11, que descubre los sentimientos de Jesús durante la pasión. Después de la celebración de la pasión o de las Vísperas, la Iglesia se sumerge en el silencio de la espera de la resurrección.



El Viernes Santo es dio de ayuno; pero de un ayuno no penitencial, como el de la Cuaresma, sino pascua! (cf. SC 110), porque nos hace vivir el tránsito de la pasión a la resurrección. Este ayuno no es un elemento secundario del Triduo pascual. Por eso, la Iglesia recomienda que se guarde también durante todo el Sábado Santo.

jueves, 21 de abril de 2011

JUEVES SANTO





El Jueves Santo

El Triduo Pascual comienza con la misa vespertina de la Cena del Señor del Jueves Santo, día de reconciliación, memoria de la eucaristía y pórtico de la pasión. Se celebra lo que Jesús vivió en la cena de despedida: «Cada vez que coméis de este pan y bebéis de esta copa, proclamáis la muerte del Señor, hasta que él vuelva» (1 Cor 11,26). En uno de los tres días anteriores al jueves puede celebrarse comunitariamente la penitencia. Después de una introducción al sentido de la reconciliación previa al triduo, se canta algo apropiado y se hace oración. Dos o tres lecturas bíblicas ayudan a tomar conciencia mediante un examen concreto comunitario, hecho eventualmente entre varias personas, según el tema elegido para la revisión. Se puede introducir un gesto penitencial, como es el encendido o apagado de algunas velas, la quema de papeles en un brasero, romper una vasija de barro, etc. Si la comunidad es grande -y en tanto sea posible-, se divide en grupos para tomar conciencia de los pecados. Luego se pide perdón por medio de unas peticiones preparadas; si es posible, se hace también de manera espontánea y se invita a la reconciliación con un silencio prolongado. Después, individual o comunitariamente, se da la absolución. El abrazo de paz y un canto sellan el final.

Hasta el siglo VII, el Jueves Santo fue día de reconciliación de pecadores públicos, sin vestigios de eucaristía vespertina. A partir del siglo VII se introducen en este día dos eucaristías: la matutina, para consagrar los óleos (necesarios en la vigilia), y la vespertina, conmemoración de la cena del Señor. Todo el misterio del Jueves Santo y del Triduo Pascual se contiene en estas palabras de Juan (13,1): «Era antes de pascua (judía). Sabía Jesús que había llegado para él la hora de pasar de este mundo al Padre (Pascua de Cristo); había amado a los suyos (entrega, Jueves Santo) que vivían en medio del mundo y los amó hasta el extremo (muerte, Viernes Santo). Estaban cenando (eucaristía, pascua cristiana)»... En la eucaristía del Jueves Santo, la Iglesia revive la última cena de despedida de Jesús y celebra la caridad fraterna por medio de dos gestos: uno, testimonial (el lavatorio); el otro, sacramental (la eucaristía). Con la misa vespertina del jueves comienza actualmente el triduo. Por eso se afirma que el Jueves Santo es «conmemoración de la cena del Señor». Todas las lecturas de este día evocan la entrega de Jesús, que cumple con el viejo rito de la antigua pascua (la lectura), ofrece su cuerpo en lugar del cordero (2ª lectura) y proclama el mandamiento del servicio (evangelio). Pero, al mismo tiempo, Jesús es entregado por Judas y abandonado por los demás discípulos.

Actualmente, al haber declarado Caritas el Jueves Santo como «día del amor fraterno», tanto la institución de la eucaristía como la del sacerdocio han pasado, por así decirlo, a un segundo plano. Sólo quienes participan en los oficios litúrgicos se dan cuenta del misterio que entraña este día.

La celebración vespertina exige una preparación de la capilla o iglesia. Conviene dar un realce especial a la mesa, que, a ser posible, debería ser grande y estar bellamente adornada. El monumento puede hacerse en una mesa sencilla, con vajilla adecuada, de tipo rústico. Se sitúan en el centro del presbiterio los utensilios necesarios para el lavatorio: jarra con agua, jofaina y toalla. Cabe empezar esta celebración fuera, en un patio -si es posible-, con una preparación especial para disponernos a comenzar. Entramos cantando. Transcurre la celebración según el ritual oficial. Después de la primera lectura (Ex 12) se prepara con cierta solemnidad la mesa. Un símbolo importante del Jueves Santo es el lavatorio de los pies, en el que sería bueno que participara el mayor número posible de fieles, y que se hiciera en silencio. Un canto de caridad puede preceder o seguir a este gesto. Después podemos darnos la paz. Se hace una catequesis adaptada a los niños presentes, sobre el sentido del lavatorio en el que participan. En general, puede oírse en estos momentos música clásica, polifonía o canto gregoriano. Ciertamente, el lavatorio de los pies es un gesto extraño a nuestra cultura, pero ha sido transmitido por los oficios de este día y significa un servicio que exige y requiere humildad. El «monumento» podría situarse en un sitio apropiado del templo, donde se celebrará la «hora santa» Termina el jueves con una oración prolongada personal en silencio.

La hora santa puede hacerse, bien el Jueves Santo por la noche, bien el Viernes por la mañana. Se preparan textos bíblicos, cantos o música para ser oída, fragmentos religiosos literarios, noticias sucintas del mundo, oraciones de petición o de acción de gracias y breves revisiones personales de vida. Recuérdese que el lenguaje religioso o litúrgico es en forma directa, dirigido a Dios. Como texto bíblico, puede utilizarse el discurso de despedida de Juan (caps. 13-17), las «siete palabras» o el itinerario del «via crucis». La experiencia nos dice que esta oración personal es una de las más importantes del año. Podemos contar también con la oración oficial de las Horas.

sábado, 16 de abril de 2011

SEMANA SANTA - DOMINGO DE RAMOS


Vivir la semana Santa es acompañar a Jesús desde la entrada a Jerusalén hasta la resurrección.
Vivir la semana Santa es descubrir qué pecados hay en mi vida y buscar el perdón generoso de Dios en el Sacramento de la Reconciliación.
Vivir la Semana Santa es aceptar decididamente que Jesús está presente también en cada ser humano que convive y se cruza con nosotros.
Vivir la Semana Santa es proponerse seguir junto a Jesús todos los días del año, practicando la oración, los sacramentos, la caridad.
Semana Santa, es la gran oportunidad para morir con Cristo y resucitar con Cristo, para morir a nuestro egoísmo y resucitar al amor.

viernes, 8 de abril de 2011

AVISOS 10-17 ABRIL 2011




• Domingo 10, colecta para Cáritas.
• Martes 12, reunión del Equipo de Liturgia. Después de la misa, en la Casa parroquial. Preparación Semana Santa.
• Jueves 14 de Abril, reunión Arciprestal de Cáritas, en Albalat.
• Viernes 15, a las 17:30 h. Reunión de Monaguillos, en la Iglesia.
• Miércoles 19, Celebración Penitencial comunitaria, a continuación de la Misa.

domingo, 3 de abril de 2011

AVISOS 3-10 ABRIL 2011



• Domingo 03, Colecta Extraordinaria.
• Lunes 04, reunión Ministros Extraordinarios de la Comunión, a las 20:00 h. en la Casa Parroquial.
• Martes 5, a las 21:00 h. en la Casa Parroquial, catequesis del IDR
• Miércoles 6 de Abril, reunión de Cáritas, en la Casa Parroquial, después de la misa.
• Jueves, 07, reunión de catequistas en la Casa Parroquial, a las 19:00 h.
• Viernes 1 de Abril Inauguración de la Exposición de cuadros en la Casa Parroquial, a partir de las 17:00 h. Pro Manos Unidas. Del 1 al 10 de Abril.
• Sábado 09, reunión con las Camareras de la Virgen, en la Casa Parroquial, a las 21:00 h.
• Domingo 10, colecta para Cáritas.
• Martes 12, reunión del Equipo de Liturgia. Preparación Semana Santa.