martes, 4 de abril de 2017

Saludo de Semana Santa 2017

Corbera, abril de 2017

Queridos hijos de Corbera, iniciamos el pasado mes de marzo el tiempo de cuaresma, tiempo especial para preparar y disponer nuestro corazón a la celebración anual de los misterios pascuales la pasión, muerte y resurrección del Señor, los cuales alimentan nuestra vida y renuevan todo nuestro actuar, lanzándonos a sentir la alegría de vivir y experimentar nuestra fe.

Durante este curso vamos iluminando nuestra vida espiritual bajo la guía de las palabras de la segunda carta del  San Pablo a  Timoteo “Renueva el don de Dios que hay en ti” (1,6a), la renovación de nuestra vida es de vital importancia para seguir nuestro camino hacia el encuentro con nuestro Padre Dios y la cuaresma nos ha dado elementos como el ayuno, la limosna y la oración, muriendo a nuestros apegos, pensando en los demás, para que lo busquemos solo a Él. La renovación como vemos debe empezar desde lo profundo de nuestro corazón, tal como os recordaba en el retiro al inicio de la cuaresma.

El hombre de nuestro tiempo vive más preocupado en el tener que en el ser, alejándose de Dios y apagando su fuego interior, ya no nos apasionamos con nada trascendente, y mucho menos queremos compromisos que quiten nuestros tiempos de descanso o esparcimiento, ¿qué nos pasa?, ¿por qué estamos desganados en la vida, en nuestro entorno, en nuestra fe?.

         Nuestro deseo muchas veces ha sido transformar el mundo, aunarlo, viviendo en fraternidad y hermandad, donde la verdad y la justicia sean nuestros emblemas, pero nuestro egoísmo mezquino, nos hace poner barreras, muros, donde solo nos deja mirarnos a nosotros y nos hace ciegos frente a nuestros hermanos, que pueden ser mi familia, mis amigos, mis compañeros con quienes tengo el mismo proyecto “buscar el Reino de Dios y su justicia”.

Renovarse implica pasar por el fuego del amor del Señor, que purifica, limpia y embellece la vida del hombre que se deja amar por Él y es su misericordia. La invitación es dejarnos encender el alma con la luz del Señor que es su perdón, dejando de lado toda clase de resistencias, pues muchas veces no queremos dejar, ni soltar todo aquello que va escondiendo la verdad de nuestro Ser.

Vivir anualmente y paso a paso el Misterio de nuestra Redención, nos permite sacar fuego de las cenizas, encender la vida, y ayudar a otros a que encuentren sus dones, a sentirnos don para el otro como nos recordaba el Papa Francisco, pues compartimos una única fe que nos hace hermanos, pues no es una elección, Dios me regala al otro como mi hermano, para caminar y crecer juntos, para perdonarnos y descubrir en cada uno las maravillas de Dios.


Os deseo a todos unas felices fiestas pascuales, buscad el fuego y la luz que hay en vosotros e iluminad el mundo!.


Vuestro Párroco