Saludo
del Sr. Rector
Nos encontramos
en una sociedad cambiante, eso dicen los sociólogos, pero humildemente diría
que también muy superficial y liquida, donde hablamos y compartimos poco, donde
no nos conocemos, donde decimos una cosa y mañana otra, donde amamos y mañana
odiamos, es la Era de tanta tecnología que nos hemos nos olvidado de la vida del otro
y sus sentimientos, estamos en el tiempo en el que nos revestimos de una nueva
coraza con la que ocultamos la verdad de la vida y el encuentro con la persona
humana, que ríe y se alegra, que tiene proyectos, sueños e ilusiones, pero que
también sufre y llora, que se cae y se levanta.
La Fiesta
en torno a la «Divina Aurora», debe
llevarnos a vivir desde la jovialidad, con esfuerzo, ilusión y constancia las
nuevas metas de nuestra vida, las cuales deben ser solidas, donde se trabajen valores
que cimienten una sociedad digna para todos, donde el otro no sea de usar y
tirar, sino que reconozca en él un compañero de viaje, donde luchamos codo con
codo por libertades no meramente personales o colectivas, sino recordando que
la mi libertad termina donde empieza la del otro, sin acomodarme a estos tiempos
convulsos y sin norte, de la revancha y el desquite, que empobrecen a un
pueblo, a una ciudad, a un país y al mundo.
Virgen
María sigue moviendo la vida de todos
nosotros, los que creemos. Ella no se cansa, es muy silenciosa, pero cumple en
su vida el querer de Dios, siempre a paso lento pero segura de alcanzar siempre
de Dios, lo que nadie puede arrebatarle la felicidad de ser hija de Dios.
Vuestro Párroco