Muy queridos hijos de Corbera,
El miércoles de ceniza, iniciábamos el tiempo cuaresmal, tiempo de gracia y de reconciliación en el que hemos experimentado el amor que Dios nos tiene. Él se desborda
siempre con su misericordia que cubre nuestras miserias con el poder de
su gracia, y reconduce nuestro caminar cuando hemos perdido el rumbo y horizonte de
nuestra existencia y le hemos buscado deseosos de hallarle. «el hombre interior se va
renovando de día en día» (2 Cor. 4,16b)
Durante estos días cercanos a celebrar el misterio
de nuestra fe, nuestro corazón se encuentra deseoso de volver al Señor y fijar nuestra mirada en Él, pero es importante poner los medios para
ello. Para esto hay que empezar desde el principio, sin presuponer nada, por lo que os propongo una pregunta rica de significados que aparece en dos momentos
de las celebraciones de estos días. En primer lugar el Señor les pregunta a quienes vienen a prenderle con lámparas y
antorchas como a un bandido: -«¿A quién buscáis?» (Jn. 18,4). y en segundo momento le pregunta a María Magdalena
cuando llorando busca el cuerpo del Señor, quien se le aparece Resucitado y le dice: -«Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?» (Jn. 20,14). Hoy, esta pregunta nos la hace el Señor en nuestra
propia realidad: ¿A quién buscas?, pero la respuesta solo la encontraremos en el silencio
de la oración y del encuentro con Él.
Queridos hijos que estos días, en lo más intimo y profundo de nuestro ser, encontremos la respuesta a esta pregunta, pues el Señor nos dice: «Mira que estoy a la puerta y llamo. Si alguien
escucha mi voz y abre, entraré en su casa y cenaremos juntos» (Ap. 3,20). Encontrar la respuesta nos lleva de inmediato a
abrir las puertas de nuestro corazón al Señor.
Os deseo a todos, unas Felices Fiestas Pascuales 2015.